domingo, abril 16, 2006
Los grandes amores
("Tristán e Isolda", de John Duncan)
Los grandes amores escapan de la historia
buscándonos...
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tienes toda la razón... cuál es el propósito de revivir (modernamente) aquellos amores, qué debemos hacer para hacerlos diferentes...?
abrazos!
Loida!
abrazos!
Loida!
Ayer, cuando iba a buscar mi abrigo -iba a salir a comprar café y ya estaba haciendo un poco de frío-, me encontré un amor en una esquina del ropero. Tiritaba de frío, y se le veía muy triste. ¿Qué te pasa? -le pregunté-. Es que ya nadie quiere sentir el amor como antes, ya no hay corazón que lo busque, los grandes amores de la historia han quedado en el pasado -contestó-. Viendo que estaba tan acongojado y que parecía que en cualquier momento podía perecer le dije: "yo estoy dispuesto a sentirte, te invito a que entres en mi"; y así fue, desde esta mañana no paro de escribir una historia de amor como las de antes, de esas que, por infortuna, ya no se escriben.
Los brazos del amor siempre nos alcanzan; para reir o para llorar, jamás rechacemos su invitación, pues quizas sean esos sentimientos los que nos "humanizan".
Grandes amores y grandes pasiones mueven el mundo. Cuando el corazón es inquieto encuentra con quien latir a fondo sin pócimas ni filtros amorosos de por medio. Lo distingue con claridad.
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